Manuel Bueno Martín
La estimulación visual propiamente dicha es una técnica específica que requiere la confección de un programa individualizado de actividades que siga una secuencia de experiencias visuales encaminadas a buscar una mejora en el funcionamiento
visual, tras la pertinente valoración del comportamiento visual de la persona que, hipotéticamente, es susceptible de educación o reeducación visual.
La idea motor de la estimulación visual, 'aprender a ver' lo llama la Dra. Barraga, pionera en el tratamiento educativo de la baja visión, es que la persona use su resto visual en cualquier condición ambiental, ya que la visión no se gasta ni
se ahorra; dándose la circunstancia de que cuanto más se usa la visión mayor es la probabilidad de un mejor funcionamiento visual.
La idea final de cualquier programa de estimulación visual es fomentar y alcanzar el mayor grado de autonomía personal posible a través del uso de la visión, aunque haya de sustentarse o ayudarse en otros sentido para su logro.
Así como en la persona, el niño o la niña de visión normal, el desarrollo perceptivo-visual sigue unas pautas paralelas a la adquisición de los aprendizajes básicos de una manera espontánea, entre otros factores porque tiene la oportunidad
de probar y ratificar su juicios en relación con sus iguales y con los adultos.
El déficit visual, cuando es grave, inhibe total o parcialmente el proceso normal del desarrollo perceptivo-visual. Compromete el desarrollo de la estructura y de la función de uno o más segmentos del sistema visual, retina, vías ópticas y
área visual cortical. Lo que evidencia un limitado bagaje de experiencias visuales debido a la incapacidad de recoger información a través del sentido de la vista de manera espontánea y en la cotidianeidad de su acontecer diario.
Igualmente, tiene escasa o nula de oportunidad de cotejar sus impresiones visuales con las recibidas por otras personas, con lo que su información visual no es una información contrastada. Por ello, muchas personas con déficit visual, creen
que todos ven lo que el ve o como el ve.
A la más temprana edad debe comenzarse con la aplicación de estrategias y procedimientos conducentes a la mejora del funcionamiento visual. Es preciso estimular el resto visual desde los primeros meses. Desde los primeros días es preciso
que los padres estén informados y concienciados sobre la importancia de una estimulación visual temprana: el 98% de las conexiones sinápticas en el sistema visual se establecen después del nacimiento (DELGADO, GUTIÉRREZ y TORO, 1994).
Cuando se produce daño en alguna de las partes del ojo o en sus funciones se produce consecuentemente una alteración perceptivo-visual, pero no existe interrupción (a no ser en los casos de ceguera total). La recepción de estímulos continúa,
aunque sea en menor cantidad y derive en una interpretación posiblemente distorsionada de lo que aparece ante los ojos. Esta situación de empobrecimiento estimular puede compensarse ofreciendo a los niños y niñas con baja visión gran
variedad de estímulos, ayudándoles a que aprendan a interpretarlos, a interactuar con el medio, a que adquieran conciencia visual (BARRAGA, 1978).
Si bien las técnicas de estimulación visual debieran estar en manos de profesionales especializados en la valoración previa y en los procedimientos de aplicación de las mismas, desde la escuela o desde la familia, se puede y se debe
contribuir, en coordinación con los especialistas, a fomentar el uso continuado de la visión.
Por ello, traemos algunas consideraciones, recomendaciones y propuestas de actividades que pueden llevarse a cabo en la etapa infantil en los ámbitos familiar y escolar, siempre siguiendo los consejos de los profesionales especializados en
la intervención educativa con personas de baja visión.
Consideraciones y recomendaciones
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La visión no puede nunca ser ahorrada o gastada, sino que mientras más se usa, mayor es la probabilidad de un mejor funcionamiento visual.
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Cuanto más pequeño es el niño o la niña, mayor es la probabilidad de un rápido progreso en el uso de la visión.
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Las niñas y los niños de baja visión necesitan ser animados a usar su visión en todas las tareas y actividades, incluso cuando no hay certidumbre de que puedan ver objetos o dibujos. Las esperanzas bajas dan lugar a una ausencia de
progreso.
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Considerar al niño o a la niña de baja visión como vidente. ayúdeles a pensar y comportarse como persona que ve. Las palabras "mirar" y "ver" forman parte del lenguaje coloquial, úselas con toda naturalidad.
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Enseñar al niño o a la niña de baja visión a trabajar manteniendo el contacto de los ojos con los objetos y especialmente con las personas.
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Estimular la exploración exterior en el patio de recreo, clases de educación física, etc., permitiendo las caídas normales ocasionadas por el mal cálculo de las distancias o el no ver un objeto. Se ha de evitar la sobreprotección.
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Algunos niños y niñas con baja visión leen muy lentamente, a menudo moviendo la cabeza o el libro en lugar de los ojos. e incluso adoptando posturas "raras" que no deben ser corregidas. Cuando se cansan pueden perder el hilo, saltarse
líneas y leer peor. En este momento es mejor cambiar de tareas menos exigentes desde el punto de vista visual.
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El papel blanco y la tinta negra son los que proporcionan una máxima visibilidad y un mayor contraste.
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Notar que las personas adultas con alguna visión, pero que han sido educadas como ciegas, pueden ser las más opuestas a intentar el uso de la visión para la realización de tareas. pueden pensar que les ha ido bien usando "técnicas de ciegos", y por
ello no entienden la importancia de usar la visión.
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Recordar que los aparatos para visión insuficiente (gafas, lupas, etc.) sólo pueden favorecer el uso de la visión que posee una persona. no pueden devolver la visión normal. Y que el funcionamiento visual puede variar de un día a
otro, o de una situación a otra.
Propuesta de actividades
1.
ACTIVIDADES PARA LA ENSEÑANZA DEL MOVIMIENTO DE LOS OJOS:
Progresar de izquierda a derecha.
Aumento de la visión periférica.
Enfoque con la cabeza en movimiento.
Seguir movimientos regulares.
Seguir movimientos irregulares.
2.
ACTIVIDADES PARA FOMENTAR LA COORDINACIÓN VISOMOTORA:
Recortado.
Engomado libre.
Ubicación y engomado.
Trazado con los dedos.
Enhebrado de cuentas.
Trazado y coloreado.
Habilidades de autonomía:
o Abotonarse/desabrocharse.
o Atar/desatar cordones.
o Uso de herramientas sencillas.
o Acarreo de objetos.
o Vertido de líquidos en recipientes.
Juegos:
o Tocar y golpear.
o Lanzar y recibir.
o Carrera
Salto/impulso/sucesión de saltos.
3.
ACTIVIDADES PARA FOMENTAR LA PERCEPCIÓN FIGURA-FONDO:
Discriminaciones de objetos por categorías.
Selección de objetos - identificación de cualidades.
Narraciones de barridos oculares:
o al aire libre,
o en interiores,
o en láminas.
4.
ACTIVIDADES PARA FOMENTAR LA CONSTANCIA PERCEPTUAL:
Manipulación de objetos y materiales.
Construcciones libres.
Reconocimiento de objetos tridimensionales en láminas.
Comparaciones y diferencias entre formas más complejas.
Clasificaciones (búsqueda y selección) tamaño-forma-color.
5.
ACTIVIDADES PARA FOMENTAR LA PERCEPCIÓN DE LAS POSICIONES DE LOS CUERPOS EN EL ESPACIO:
Ejercicios de relación cuerpo-objeto.
Direccionalidad:
o diferenciación izquierda-derecha de la propia persona,
o diferenciación entre posiciones derecha-izquierda de objetos en relación con la propia persona.
Inversión y rotación.
6.
ACTIVIDADES PARA FOMENTAR LA PERCEPCIÓN DE LAS RELACIONES ENTRE LOS OBJETOS EN EL ESPACIO:
Construcciones de modelos.
Distinción de posiciones en modelos.
Construcciones con objetos de modelos presentados en láminas.
Simetrías.
7.
ACTIVIDADES PARA FAVORECER LA MEMORIA VISUAL
Memoria de la figura aislada.
Memoria para modelos complejos.
Memoria de secuencias visuales.
Memoria de series de acciones.
8.
ACTIVIDADES PARA FAVORECER LA VISUALIZACIÓN, LA IMAGINACIÓN Y LA ELABORACIÓN MENTAL:
Composición de estructuras con formas geométricas. Con modelo / Sin modelo. Inversión del orden. Cambio de posición de una figura.
Construcciones simétricas. Repeticiones de memoria.
Bibliografía:
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BARRAGA, N. C.(1987): Disminuidos visuales y aprendizaje. Madrid: ONCE.
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BARRAGA, N. C. (1997): Textos reunidos de la Dra. Barraga. Madrid: ONCE.
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BUENO, M., ESPEJO, B.; RODRÍGUEZ, F., y TORO. S. (1999): Niños y niñas con baja visión. Recomendaciones par la familia y la escuela. Archidona: Aljibe.
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DELGADO, A. C.; GUTIÉRREZ, M., y TORO, S. (1994): Desarrollo cognitivo y deficiencia visual. En Deficiencia visual. Aspectos psicoevolutivos y educativos. Archidona: Aljibe.
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FROSTIG, M. (1994): Programa para el desarrollo de la percepción visual: Figuras y formas. Madrid: Médica Panamericana.
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OLIVA, F. (2001): Decálogo para la baja visión. Documento publicado en Interedvisual .
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15.Mai.2011
publicado
por
MJA
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